¡Bienvenidos a la tienda virtual de Upsala! Piezas que entrelazan tu historia personal con el mundo de la mitología y la literatura
La historia de Afrodita y Ares es un capítulo fascinante en el vasto panteón mitológico griego, donde los dioses y diosas se entrelazan en intrincadas relaciones llenas de pasión, celos y drama divino.
Afrodita, la diosa de la belleza, el amor y la fertilidad, era tan deslumbrante como la luz del amanecer. Su nacimiento fue único, emergiendo de las olas después de que Crono, el titán del tiempo, cortara los genitales de Urano y los arrojara al mar. Afrodita llegó a la orilla en una concha, llevada por las suaves olas del mar, emanando una irresistible aura de encanto.
Ares, en cambio, era el dios de la guerra, hijo de Zeus y Hera. Representaba la brutalidad y el caos en el campo de batalla, siempre ansioso por librar conflictos y derramar sangre en su honor. Su personalidad impetuosa y su amor por la guerra lo hacían tanto temido como adorado entre los dioses.
La trama mitológica se complica cuando Afrodita y Ares, a pesar de sus esferas divinas divergentes, se ven irresistiblemente atraídos el uno por el otro. El amor floreció entre la diosa de la belleza y el dios de la guerra, desafiando las convenciones y desatando una tormenta de celos y tragedias en el Olimpo.
Su romance clandestino fue descubierto, lo que provocó la furia de Hephaestus, el esposo de Afrodita y el dios herrero. Aunque Hephaestus era cojo, su astucia y habilidad le permitieron urdir un ingenioso plan para atrapar a los amantes en una red de oro mientras estaban en pleno acto de amor ilícito.
La historia de Afrodita y Ares es un cautivador relato de pasión prohibida, celos divinos y las complejidades del amor y la guerra en el panteón olímpico. Su conexión, aunque tumultuosa, ha dejado una marca indeleble en la mitología griega, recordándonos que incluso los dioses están sujetos a las mismas emociones intensas que experimentamos como mortales. Además, de este vínculo nacieron seres que luego se convirtieron en figuras muy importantes dentro de la mitología.
En la narración clásica de Hesíodo, la Teogonía, escrita hacia hacia el siglo VIII o en el VII a. C., solo cita 3 hijos de Afrodita y Ares: Fobos (Miedo), Deimos (Terror) y Harmonía (Armonía). Más adelante, se agregarían Eros (Amor) y Anteros (Amor correspondido o Amor contrario). Sin embargo, una narración, aún más tardía, la de Apolonio de Rodas en sus Escolios a las Argonáuticas (I, 9, 32), atribuye también como sexto hijo de la unión de la diosa del amor y el de la guerra, a Príapo. Aunque la tradición más aceptada considera a este dios itifálico como hijo de Afrodita y Dioniso, este autor del siglo III, señalaba que esta deidad de la fertilidad era fruto del doble matrimonio de Afrodita con Adonis y Ares, por lo que tendrían una paternidad compartida.
$23.000,00
La historia de Afrodita y Ares es un capítulo fascinante en el vasto panteón mitológico griego, donde los dioses y diosas se entrelazan en intrincadas relaciones llenas de pasión, celos y drama divino.
Afrodita, la diosa de la belleza, el amor y la fertilidad, era tan deslumbrante como la luz del amanecer. Su nacimiento fue único, emergiendo de las olas después de que Crono, el titán del tiempo, cortara los genitales de Urano y los arrojara al mar. Afrodita llegó a la orilla en una concha, llevada por las suaves olas del mar, emanando una irresistible aura de encanto.
Ares, en cambio, era el dios de la guerra, hijo de Zeus y Hera. Representaba la brutalidad y el caos en el campo de batalla, siempre ansioso por librar conflictos y derramar sangre en su honor. Su personalidad impetuosa y su amor por la guerra lo hacían tanto temido como adorado entre los dioses.
La trama mitológica se complica cuando Afrodita y Ares, a pesar de sus esferas divinas divergentes, se ven irresistiblemente atraídos el uno por el otro. El amor floreció entre la diosa de la belleza y el dios de la guerra, desafiando las convenciones y desatando una tormenta de celos y tragedias en el Olimpo.
Su romance clandestino fue descubierto, lo que provocó la furia de Hephaestus, el esposo de Afrodita y el dios herrero. Aunque Hephaestus era cojo, su astucia y habilidad le permitieron urdir un ingenioso plan para atrapar a los amantes en una red de oro mientras estaban en pleno acto de amor ilícito.
La historia de Afrodita y Ares es un cautivador relato de pasión prohibida, celos divinos y las complejidades del amor y la guerra en el panteón olímpico. Su conexión, aunque tumultuosa, ha dejado una marca indeleble en la mitología griega, recordándonos que incluso los dioses están sujetos a las mismas emociones intensas que experimentamos como mortales. Además, de este vínculo nacieron seres que luego se convirtieron en figuras muy importantes dentro de la mitología.
En la narración clásica de Hesíodo, la Teogonía, escrita hacia hacia el siglo VIII o en el VII a. C., solo cita 3 hijos de Afrodita y Ares: Fobos (Miedo), Deimos (Terror) y Harmonía (Armonía). Más adelante, se agregarían Eros (Amor) y Anteros (Amor correspondido o Amor contrario). Sin embargo, una narración, aún más tardía, la de Apolonio de Rodas en sus Escolios a las Argonáuticas (I, 9, 32), atribuye también como sexto hijo de la unión de la diosa del amor y el de la guerra, a Príapo. Aunque la tradición más aceptada considera a este dios itifálico como hijo de Afrodita y Dioniso, este autor del siglo III, señalaba que esta deidad de la fertilidad era fruto del doble matrimonio de Afrodita con Adonis y Ares, por lo que tendrían una paternidad compartida.