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Psique era la menor de tres hermanas. Afrodita, celosa por su belleza, envió a su hijo Eros a que le lanzara una flecha que la enamorara del hombre más feo y cruel que existiera en la tierra. Sin embargo, aquel plan no le salió bien. Eros al ver a esta joven humana se enamoró profundamente de ella y optó por lanzar dicha flecha al mar. Rompiendo las órdenes de su madre, le pidió ayuda a Céfiro, el viento, para transportarla a su palacio donde finalmente se casaron.
La particularidad de esa relación estaba en la única condición que le puso Eros a Psique: siempre se verían durante las noches y ella jamás tendría que intentar conocer su rostro. Su identidad debía mantenerse en secreto. Psique accedió a eso, sin poder creer que su marido la trataba con tanto amor y respeto. Así que durante un largo tiempo mantuvieron su vínculo de esa manera: durante el día ella se quedaba sola en el palacio y por las noches se reunía con su amado.
Con el paso de los días, Psique comenzó a extrañar a su familia y le pidió permiso a Eros para ir a visitarla. Este accedió y fue allí donde inició el conflicto de esta pareja. Sus hermanas, muertas de celos y envidias por ver que la más pequeña de la familia se había casado y era feliz, comenzaron a interrogarla hasta que Psique les contó que no conocía el rostro de su esposo. Esta información fue todo lo que sus hermanas necesitaron para idear un plan y lograr que ella rompiera la promesa que le había hecho a Eros. Algo que efectivamente ocurrió: la misma noche que regresó al palacio esperó que él se durmiera para encender una lámpara y alumbrarlo. Sin embargo, ante un mal movimiento, una gota de cera cayó sobre el rostro de Eros quien se despertó herido. Viendo que Psique había roto su promesa, la terminó abandonando.
Desesperada, acudió a muchos dioses para que la ayudaran, pero ninguno lo hizo. Por ese motivo, fue en busca de Afrodita quien ahora sentía mucho más rencor por la humana. La sometió a diversas pruebas prácticamente imposibles para alguien mortal, pero Psique cumplió con cada una de ellas para demostrarle el amor que sentía por Eros. Así que Afrodita, sin querer que ella ganara, le dio una última prueba: descender al Inframundo para recuperar una caja que tenía en su interior un poco de su belleza. Psique, a pesar de saber que era una misión que podía acabar con su vida, accedió y recuperó dicho objeto. Sin embargo, antes de salir del Inframundo la curiosidad la invadió. Creyó que si tomaba la belleza que había dentro de la caja, Eros finalmente volvería con ella. Así que sin dudarlo, la abrió, pero se encontró con una trampa de la diosa y cayó profundamente dormida.
Eros, al ver todo lo que Psique había hecho para volver a su lado, fue a buscarla y la despertó del sueño eterno. Nuevamente juntos, el dios del amor le pidió a Zeus que la convirtiera en inmortal para seguir su historia de amor y este, conmovido por la situación, lo hizo y le impidió a Afrodita seguir torturando a la pareja.
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Psique era la menor de tres hermanas. Afrodita, celosa por su belleza, envió a su hijo Eros a que le lanzara una flecha que la enamorara del hombre más feo y cruel que existiera en la tierra. Sin embargo, aquel plan no le salió bien. Eros al ver a esta joven humana se enamoró profundamente de ella y optó por lanzar dicha flecha al mar. Rompiendo las órdenes de su madre, le pidió ayuda a Céfiro, el viento, para transportarla a su palacio donde finalmente se casaron.
La particularidad de esa relación estaba en la única condición que le puso Eros a Psique: siempre se verían durante las noches y ella jamás tendría que intentar conocer su rostro. Su identidad debía mantenerse en secreto. Psique accedió a eso, sin poder creer que su marido la trataba con tanto amor y respeto. Así que durante un largo tiempo mantuvieron su vínculo de esa manera: durante el día ella se quedaba sola en el palacio y por las noches se reunía con su amado.
Con el paso de los días, Psique comenzó a extrañar a su familia y le pidió permiso a Eros para ir a visitarla. Este accedió y fue allí donde inició el conflicto de esta pareja. Sus hermanas, muertas de celos y envidias por ver que la más pequeña de la familia se había casado y era feliz, comenzaron a interrogarla hasta que Psique les contó que no conocía el rostro de su esposo. Esta información fue todo lo que sus hermanas necesitaron para idear un plan y lograr que ella rompiera la promesa que le había hecho a Eros. Algo que efectivamente ocurrió: la misma noche que regresó al palacio esperó que él se durmiera para encender una lámpara y alumbrarlo. Sin embargo, ante un mal movimiento, una gota de cera cayó sobre el rostro de Eros quien se despertó herido. Viendo que Psique había roto su promesa, la terminó abandonando.
Desesperada, acudió a muchos dioses para que la ayudaran, pero ninguno lo hizo. Por ese motivo, fue en busca de Afrodita quien ahora sentía mucho más rencor por la humana. La sometió a diversas pruebas prácticamente imposibles para alguien mortal, pero Psique cumplió con cada una de ellas para demostrarle el amor que sentía por Eros. Así que Afrodita, sin querer que ella ganara, le dio una última prueba: descender al Inframundo para recuperar una caja que tenía en su interior un poco de su belleza. Psique, a pesar de saber que era una misión que podía acabar con su vida, accedió y recuperó dicho objeto. Sin embargo, antes de salir del Inframundo la curiosidad la invadió. Creyó que si tomaba la belleza que había dentro de la caja, Eros finalmente volvería con ella. Así que sin dudarlo, la abrió, pero se encontró con una trampa de la diosa y cayó profundamente dormida.
Eros, al ver todo lo que Psique había hecho para volver a su lado, fue a buscarla y la despertó del sueño eterno. Nuevamente juntos, el dios del amor le pidió a Zeus que la convirtiera en inmortal para seguir su historia de amor y este, conmovido por la situación, lo hizo y le impidió a Afrodita seguir torturando a la pareja.